¿Dos parques o una plaza cívica?
Esa es la pregunta que tenemos encima de la mesa y que resume la situación. Con el millón de euros que se presupuesta se podría arreglar el parque actual y crear otro parque en otra zona de la ciudad. Y sí, no es una errata, cuesta un millón de euros del cual la mitad corre por cuenta de las arcas locales a cuenta de aumentar la deuda. Todo un éxito de gestión.
El pasado 10 de junio asistimos a un consejo de ciudad que comenzó con un alcalde que inició su exposición muy exaltado y nervioso, y mucho más centrado en tratar de desacreditar a la iniciativa ciudadana que en defender su proyecto. Fue tan esperpéntico el preámbulo que llegó a decir que el parque era ilegal porque no cumplía una norma que está derogada. Toda su exposición de motivos se basaba en una ley de 1967 que quedó derogada en 1989. Como se diría en términos coloquiales, ¡Qué nivel Maribel!
Los arquitectos, que ninguna culpa tienen, se esforzaron al máximo en tratar de enmendarle la plana al alcalde, pero en cuanto empezaron las preguntas todo su trabajo se vino abajo como si fuera un castillo de naipes.
Empezó el turno de preguntas y, como si fuera un combate de boxeo, el alcalde y la concejala de participación empezaron a recibir golpes uno detrás de otro. Inauguró el envite un miembro de prestigio del consejo de ciudad, con una pregunta en la que se afeaba que no hubiera baños en el parque. No se había mencionado en toda la exposición, y estuvo rápido el alcalde en señalar una foto en la presentación, pero claro, cuando las cosas vienen improvisadas y sin trabajar, una foto no sirve de mucho. Porque la respuesta de los técnicos fue clara, no está planificado donde irán, y lo que tenían era simplemente una foto de un baño portátil que en ningún caso estará en la zona que ocupa el actual parque. No tenemos baños para los niños, pero eso sí, tenemos un pipican al lado de la zona de juego de los niños… y cualquiera que tenga niños sabe donde acabarán.
Siguió el turno de preguntas, y llegó el siguiente descosido cuando se le preguntó al alcalde por la normativa y quedaba en evidencia que la ley que había usado en su preámbulo estaba derogada. Y así una tras otra se le vieron las costuras a un proyecto que no tiene ni pies ni cabeza.
Empieza en el hecho de que plantean un proyecto en el que desaparece el vallado que rodea el parque, se amplían las aceras y se distribuye la plaza, porque el proyecto que plantean no es un parque, es una plaza cívica, en una serie de isletas conectadas por aceras. Con los pocos metros cuadrados que tiene el parque no da de sí para todo lo que quieren poner.
El espacio efectivo para los niños quedará reducido a menos de un 20% de la superficie actual, en un entorno abierto en plena avenida Aragón con el riesgo de seguridad para los más pequeños. Se menciona que el nuevo proyecto es para todos, pero la realidad es que el parque actual sí es intergeneracional, ya que todas las tardes observamos a abuelos y abuelas con sus nietos y nietas. A padres y madres con sus hijas e hijos. Eso sí es un espacio para todos.
El parque necesita una remodelación, pero no una destrucción. El comercio del centro del pueblo va a sufrir mucho cuando salga el hospital y resulta irónico que un proyecto financiado con fondos europeos destinados a la reactivación del comercio local se use en mandar a Technopark el parque infantil de tráfico tal y como dijo el alcalde.
Arreglemos el parque, potenciemos el valor que tiene, creemos un mini museo al aire libre nombrando las calles del parque infantil de tráfico con los nombres de los elementos del antiguo circuito Guadalope y aprovechemos ese dinero en arreglar otras zonas de la ciudad que como bien dijo el alcalde en el casco antiguo escasean los espacios verdes.
En las manos del alcalde está el ser recordado como el alcalde que arrasó el parque de tráfico o como el alcalde que lo arregló. Miguel Ángel, la pelota está en tu tejado.■
Jorge Santafé Valero
Portavoz Plataforma "Salvemos el Parque Infantil de Tráfico"
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