31 agosto 2023

#BajoAragónAnimalista - El verano en España: Sol, playa, fiesta y maltrato animal


El verano en España: Sol, playa, fiesta y maltrato animal


“No veo nada, todo está oscuro ¿Dónde estoy?

¿Por qué se mueve todo?

Tengo miedo, también mis hermanas, lo noto...

Entra la luz, se abre un portón, estoy confusa… alguien me grita, me obliga a bajar por una rampa… y me meten en un cubículo rodeado de barrotes, ¿por qué?

Hay mucho ruido, bullicio de seres de 2 patas jaleando… escucho voces que no entiendo, sonidos fuertes, estruendos y al fin, me dejan salir...

Es extraño el firme que piso, no es el campo al que estoy acostumbrada, sino un terreno duro, incómodo y resbaladizo, no me da seguridad, necesito salir de aquí, buscar una salida, así que empiezo a correr.

A mi paso se presentan seres que me azuzan, no entiendo que quieren, los persigo y ellos se esconden. Me siguen provocando, me atormentan y se divierten.

No entiendo nada, no se que pasa, no quiero estar aquí… cuándo se acabará esta pesadilla”



Otro año llega el verano y con él las fiestas patronales. Otro año más, tendremos espectáculos taurinos en nuestros pueblos. No habrá asesinato en todos ellos, las arcas municipales no pueden cubrir el coste del gran esperpento nacional. A cambio, habrá otro tipo de espectáculo más económico, pero no por ello, barato, precisamente… las VAQUILLAS y sus espeluznantes variantes: ensogados, embolados, suelta en plazas y calles, sin nombrar otro tipo de espectáculos a cada cual más lamentable que hemos tenido el horror de presenciar tales como los bous a la mar (tristemente noticia mientras se escriben estas líneas por la muerte de un animal en Denia durante la celebración de esta barbarie catalogada como Fiesta de Interés Turístico Nacional...) o el campeón nacional: Toro de la Vega de Tordesillas (algo menos bárbaro desde que se prohibió la muerte del animal).

Solo en Aragón, se autorizaron 2.200 festejos taurinos en el año 2019. Tras el parón de 2020 y 2021, el año 2022 el repunte fue tal que la cifra de autorizaciones expedidas aumentó hasta las 2.630.

Desde Bajo Aragón Animalista condenamos la promoción de este tipo de festejos desde los ayuntamientos y rechazamos frontalmente que se siga financiando con dinero público el maltrato animal.

Seguiremos denunciando el maltrato animal en todas sus expresiones, y animamos a nuestros convecinos a perder el miedo a mostrar rechazo hacia este tipo de actos y no ceder ante las amenazas y los insultos. La tauromaquia tiene fecha de caducidad, muere sin las continuas subvenciones recibidas por la administración (directa e indirectamente a través de asociaciones) y quienes la defienden lo saben. Callar ante la injusticia, la perpetúa.

Invitamos a la población a que haga un ejercicio de reflexión, deje de lado la visión antroponcentrista firmemente asentada en la sociedad y evalúe si realmente considera necesario llevar a cabo este tipo de eventos que suponen la humillación y vejación de animales, causándoles sufrimiento en un acto cruel del ser humano. En el momento que un ser sintiente se ve expuesto a situaciones que atentan contra su salud física y psicológica, estamos ante la ausencia de condiciones de bienestar animal, es decir, maltrato animal.

Somos conscientes de que este tipo de festejos están amparados por la ley, y por ello aprovechamos este espacio que se nos cede para expresarnos libremente y denunciar una vez más, la deuda moral que este país tiene hacia los animales.

No se nos ocurre mejor cierre para el presente artículo que citando a Mahatma Gandhi:

“La grandeza de una nación y su progreso moral, pueden ser medidos por la manera en que son tratados sus animales”■

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