Patricia, Noelia, Hubb y Anita. |
¿Vaciada? Como habitante de la España rural de interior he de confesar que es un participio pasivo que no me gusta; me parece victimista. Parece indicar que nos hubieran obligado a dejar nuestros pueblos sin alternativa. A mi modo de ver el asunto de la despoblación es muy complejo para resumirlo en la palabra “vaciada”. Asimismo, en la zona del Bajo Aragón, no son los mismos motivos para abandonar el territorio en la década de los 60 que en el siglo XXI. Creo que en el momento actual hay un amplio rango de oportunidades profesionales por cubrir en el territorio que hace unas décadas no existían.
En los años 60 se combinó un desarrollo industrial extraordinario en las zonas urbanas del país junto a unas heladas devastadoras, lo que motivó un éxodo masivo de las zonas rurales a las grandes metrópolis. La agricultura estaba infradesarrollada, con escasa maquinaria y muy intensiva en mano de obra. Aquellos años sin producción incentivaron la emigración a las ciudades donde se estaban instalando las nuevas fábricas y demandaban gran cantidad de trabajadores. En nuestra zona la gente se fue hacia Barcelona y su entorno principalmente. Además en aquella época había una importante brecha cultural y de comunicaciones (tanto de transporte como de telecomunicación) entre el pueblo y las grandes urbes. Podríamos considerar que dicha brecha se mantuvo más ó menos hasta finales de los años 80 ó mediados de los 90. Creo que en aquella etapa se dieron un cúmulo de circunstancias que sí vaciaron la España rural.
La tendencia demográfica de los últimos 100 años de la España de interior ha sido siempre descendente, tanto por la emigración vs inmigración como por el número de fallecimientos respecto al número de nacimientos. Para muestra, la evolución de la población en el Matarraña desde 1920 a 2004 (y hasta hoy sólo ha mejorado en Valderrobres desde 2004): véase tabla:
Sin ser una gran población, Alcañiz nos sirve de ejemplo al resto de España: las ciudades han crecido de forma notable, mientras los pueblos cada vez son más pequeños.
Pero hablemos en positivo. La mayoría de las zonas rurales cuentan con medios para mejorar la vida de sus habitantes y acortar la brecha con las ciudades. Actualmente hay una mayoría de hogares con calefacción y fibra óptica; tenemos acceso a las compras por internet; un gran número de nuestros pueblos disponen de colegio, tienda, panadería, bar, carnicería, etc. Además hay una amplia oferta de ocio: polideportivo, gimnasio, biblioteca, actividades lúdicas, eventos, etc. a unos precios muy asequibles (y a veces gratis). Nuestr@s hij@s pueden ir hasta los 18 años al instituto, situado normalmente a menos de 30 minutos del hogar y con servicio público de transporte gratuito; por cierto, como crítica a los diferentes gobiernos que hemos tenido en los últimos 20 años: nuestros niños podrían asistir al colegio del pueblo hasta los 14 años; sus padres fuimos y no nos criamos más ignorantes; evitaríamos 2 años de desplazamientos al instituto y ayudaríamos a mantener las escuelas en las pequeñas localidades. En nuestra zona disponemos de un hospital en Alcañiz con muchos especialistas. Y hay una cosa que probablemente tenemos en gran abundancia y no tienen en general en Madrid y Barcelona: tiempo.
Ricardo y Clarisa, junto a Luis Miguel |
Además, como he dicho anteriormente, se detectan en el territorio muchos trabajos sin cubrir: camareros, albañiles, pintores, fontaneros, electricistas, profesores y operarios de todo tipo en las empresas de la zona que tienen grandes dificultades en cubrir las plazas vacantes. Yo creo que actualmente el principal motivo para que no se revierta la despoblación es sociológico y cultural, desde hace varias décadas: una gran mayoría prefiere vivir en zonas urbanas sobre las zonas rurales.
A lo anterior se une una de las pocas cosas positivas (si hay alguna) que potenció la pandemia: el teletrabajo. Personas que pueden desarrollar su trabajo de forma remota y acudir de forma extraordinaria a la empresa en la que trabajan. Algunos amig@s mí@s lo han descubierto y han venido a vivir al pueblo (incluso desde otros países...). Para ello es fundamental la fibra óptica y/ó una buena cobertura móvil, como ocurre en Valjunquera.
También es importante tener vivienda disponible, otro de los grandes problemas de la zona rural: en invierno un 80% de las casas están vacías, pero en general es realmente difícil encontrar una vivienda para alquilar o realizar una compra a precios razonables. En la coyuntura actual, parece que con los fondos europeos “Next Generation” se están enfocando a aumentar la oferta de vivienda.
¿Es posible revertir la tendencia? En mi opinión sí, pero no sé si lo conseguiremos. En Valjunquera estamos dando pasitos gracias a unas cuántas personas que han trasladado su residencia a nuestro pueblo. Les dedico este artículo en especial a ellas, que tienen varias cosas en común: son trabajadoras, sensatas, divertidas, colaboradoras, se han integrado con la gente y son buenas amigas mías. Por orden de llegada al pueblo, gracias por venir: Clarisa (Alguacila) y Ricardo (Bombero forestal), Anita (Administración y contabilidad; teletrabajo en empresa holandesa) y Huub (Manitas), Noelia (Secretaria interventora) y Patricia (Guía de viajes y especialista en Marketing; teletrabajo).■
Luis Miguel Herrero
Economista y vecino activo de la Serranía Celtibérica luishercen@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario