José Miguel Celma
Concejal Torrecilla de Alcañiz. Portavoz PP Comarca del Bajo Aragón
Adiós a un símbolo
Hace pocos días la tristeza se adueñó de todos los que queremos y amamos al Bajo Aragón. Vimos caer un símbolo de nuestra tierra, recuerdo del progreso de Andorra y de todos los municipios que están a su alrededor. La vida minera que tantos años protagonizó nuestra realidad es ya historia, como lo son también las torres que ya no forman parte de nosotros.
Nuestro horizonte visual ha cambiado y ya no será el mismo. Desde Alcañiz o Azaila no podremos ver la torre de nuestra central térmica, que se alzaba como la construcción más alta de todo Aragón y una de las más elevadas del país. Se une a la lista de símbolos de nuestra tierra que no hemos podido mantener y que nos harán más difícil no olvidar lo que siempre deberíamos recordar.
Políticos como Pedro Sánchez o Teresa Ribera, los causantes del cierre de la central, no habrán derramado ni una sola lágrima como consecuencia de la pérdida de tantos empleos, antesala de lo que vivimos hace escasos días. Han destruido las ilusiones de muchas personas y la caída de la torre no es más que la metáfora perfecta de lo que algunos hemos vivido: mientras algunos aplauden, otros intentaremos recuperarnos del enésimo golpe a nuestra tierra.
Ha sido un día triste para el Bajo Aragón y, por extensión, para nuestra provincia. Y me lo habrán oído decir muchas veces e incluso leído en algunas de las reflexiones que publico en los medios de comunicación: reina el silencio porque gobierna la izquierda. Si esto hubiera sucedido durante nuestros gobiernos, el clima estaría mucho más caldeado. Pero no se equivoquen, fue el PSOE quien cerró la central y han sido ellos los que han propiciado con sus decisiones que las torres hoy sean escombros.■
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