Aitor Clemente
Alcalde de Aguaviva / Ganar Aguaviva
Para este viaje no hacían falta tantas alforjas
A menudo, las sensaciones que nos quedan tras vivir una cierta experiencia o conocer una decisión dependen tanto de las expectativas que habíamos puesto en ellas como de la importancia de las mismas. Es quizás por ello por lo que varias noticias que hemos conocido recientemente nos han dejado tal desazón que el sentimiento de decepción se ha multiplicado.
Y es que en nuestra provincia habíamos depositado mucho optimismo en varias propuestas que debían ver la luz próximamente. Una de ellas era la creación de la Agencia Espacial Española, para la cual venía trabajando la Consejería de Ciencia en los últimos meses con el apoyo de agentes sociales e institucionales, poniendo el valor todo el ecosistema con el que cuenta la provincia en materia aeronáutica. A pesar de ello, el Gobierno central ha publicado recientemente los criterios que regirán la elección de la sede, y lejos de primar las cuestiones técnicas y la voluntad expresada de priorizar la cohesión y vertebración territorial, todo parece indicar que se han elaborado unas normas ad hoc para justificar la elección de la ciudad de Sevilla, la única de las candidatas que cumple con los requisitos “logísticos” que se han marcado.
Otro de los temas que han puesto de acuerdo a la práctica totalidad de los agentes provinciales en los últimos años ha sido la necesidad de la puesta en marcha de las llamadas ayudas al funcionamiento en los territorios menos poblados (Teruel, Cuenca y Soria), por las que las empresas podrían alcanzar importantes reducciones en los costes laborales que hiciesen más atractiva la llegada de nuevas iniciativas, así como facilitar el crecimiento del tejido ya existente. Tras años de reivindicaciones fueron incluidas por fin en los PGE del presente ejercicio, pero no ha sido hasta hace unos días que se ha anunciado su activación, que ha reducido significativamente su impacto al dejar fuera a los autónomos y contemplar unos porcentajes que no conllevarían los efectos esperados.
Finalmente, podemos hacer referencia también al tan carareado concurso del Nudo Múdejar, dado que la adjudicación de los más de 1.200 MW que estaban en disputa debía suponer un punto de inflexión en la transición justa que están reclamando las comarcas mineras. Las 11 propuestas que se presentaron a dicha subasta debían incorporar un importante Plan de Acompañamiento con proyectos que dinamizaran la zona y supusieran una alternativa laboral para sus gentes, después del cierre de la Central Térmica. Sin embargo, la resolución del concurso ha adjudicado (¡oh, sorpresa!) a Endesa los derechos del Nudo, precisamente la misma empresa que había abandonado a los habitantes de la zona y a pesar de no dar a conocer prácticamente ningún detalle de las actuaciones previstas.
En resumen, tres de los hitos que debían suponer un verdadero cambio en nuestro territorio que permitiese dar la vuelta a la actual situación demográfica, y en los que se habían volcado buena parte de las ilusiones, todo parece indicar que van a quedarse a medio camino. Quizás sea precisamente por las aspiraciones creadas por lo que ahora el sentimiento de pesadumbre es mayor, pero muchos compartimos la sensación de que para este viaje no hacían falta tantas alforjas.■
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