04 septiembre 2022

JoséRodríguez - Programando el sistema inmune


José Rodríguez
Fisioterapeuta
josefisiosalud@gmail.com


El sistema inmunitario o comúnmente llamado “las defensas del cuerpo”, es aquel que se encarga de protegernos contra aquellos micro-organismos patógenos que pueden infectarnos. Esto es bien conocido por la población…

Quizás es menos sabido que también se encarga de reparar aquellos desgastes o daños que sufrimos en cualquiera de nuestros tejidos o bien por el uso normal que hacemos de ellos o por lesiones traumáticas que podamos tener.

En ambos aspectos la primera respuesta es la inflamación, que es como la señal de alerta que se produce ante cualquier situación de mal funcionamiento. Haciendo un símil, sería como una llamada a filas en un ejercito que entra en guerra.

Es interesante conocer que sin inflamación no habría capacidad de generar correctamente una curación. Por lo tanto la inflamación es básica y se debería permitir su desarrollo de la manera mas natural posible. Debe ser un proceso rápido y tan bien sincronizado como es el funcionamiento de una orquesta.

Lo que pasa es que esta respuesta rápida a lesiones o infecciones genera síntomas como fiebre, dolor o incapacidad para hacer movimientos… que si lo pensamos bien, son estrategias que genera el propio organismo para que podamos curarnos lo mejor y antes posible.

Hoy en día nos basamos en quitar síntomas y a lo mejor… o a lo peor… estamos boicoteando el proceso natural de salud.

Pero lo que preocupa actualmente a los servicios de Salud Pública, que se encargan del estudio del por qué de ciertas alteraciones de la salud o de cómo podemos prevenirlas, es el creciente aumento de enfermedades que tienen que ver con procesos inflamatorios de poca intensidad y muy prolongados en el tiempo y que además tienen una sintomatología menos específica que los procesos agudos (infecciones o las lesiones)…

En ambos casos, tanto la respuesta rápida (fisiológica) como la lenta y progresiva (patológica), es la inmunidad la que las genera.

No hace falta ir a un cáncer o a una enfermedad auto-inmune grave para encontrar respuestas patológicas inmunes… una alergia o tener infecciones de orina de repetición son ejemplos de un mal funcionamiento de la respuesta inmunitaria, pero también lo serían lesiones de repetición o dolores musculares crónicos (por mala regeneración de los tejidos que usamos de manera habitual).

El sistema inmune es muy complejo, tiene que aplicar unas respuestas muy específicas a los distintos requerimientos y esto lo tiene que aprender desde que somos muy pequeños en un proceso que se llama programación. Es un aspecto muy estudiado en la actualidad y que se cree que puede tener una importancia grande a nivel de salud por el impacto que tiene durante nuestra vida.

¿Por qué se produce esta programación?

Bueno ya hemos dicho que es cómo el ejercito de nuestro cuerpo, y tiene que aprender cómo debe responder cuando se necesite su actuación.

Un ejercito no debería atacar a soldados del mismo país, no debería atacar a civiles, no debería estar en alerta en tiempos de PAZ… etc.

Este aprendizaje lo llevamos a cabo de manera progresiva desde muy pequeños y lo hacemos en función del entorno en el que vivimos.

Se ha demostrado que incluso dentro de la tripa de nuestra madre, en el periodo embrionario, hay diversos factores que son positivos y otros que son negativos en el proceso de programación inmune.

Cosas como la salud oral de la madre, el nivel de estrés, tabaco, dieta… etc., condicionan una primera etapa, desnivelando al bebé hacia situaciones mas inflamatorias de lo normal.

El tipo de parto (cesárea en este caso) o la alimentación con leche de fórmula son los primeros impactos de la vida que tienen importancia. En ambos casos hay muchas mas opciones de desarrollar respuestas anómalas. La razón es que la población bacteriana que coloniza la piel y el intestino del bebé será distinta, habrá menos bifidobacterias y lactobacilos y mas bacterias patógenas y esto para el sistema defensivo del bebé es como tener un ejercito enemigo en la frontera de manera continuada.

El porcentaje de cesáreas ha aumentado de manera alarmante en las últimas décadas, por encima de valores estrictamente necesarios… Es un procedimiento quirúrgico muy necesario en diversas situaciones donde hay riesgo de sufrimiento fetal. Estas situaciones están muy bien descritas y justificadas, es decir que gracias a esta técnica se salvan muchas vidas cada año. Pero hay países y culturas que abusan de esta práctica, es el caso de Brasil, donde se manejan cifras que superan el 60% de nacimientos por cesárea. Estos datos no se justifican desde un punto de vista clínico, se cree que lo aceptable estaría en un 10%, aunque hay países que no superan el 5%…
En muchos de estos casos injustificados, las cesáreas se hacen por motivos económicos o de simple comodidad.
En cuanto a la lactancia... aquí ya entran factores mas personales... y respetables en todos los sentidos, pero se cree que como mínimo, los efectos positivos de la lactancia (no sólo para el bebé sino también para la madre) se deben mantener unos 6 meses…

El aparato digestivo es una zona que tiene mucha relevancia en el desarrollo inmune de la persona, aquello que entra por la boca puede modular las células inmunes y hacer que reaccionemos de manera correcta o incorrecta ante cualquier posible patógeno. Es como una frontera, al igual que la piel… y las bacterias que viven de manera normal en esas zonas nos ayudan a mantener la salud porque evitan que otras bacterias no beneficiosas puedan reproducirse. Son nuestra primera defensa.

Esto se ha evidenciado viendo como el porcentaje de bebés que presentan piel atópica o alergias o exceso de mucosidad (respuestas incorrectas del sistema inmune) es mucho mayor en aquellos que nacieron por cesárea o se les alimentó exclusivamente con fórmula. Pero además, también se ve como mejoran de manera importante al administrarles probióticos específicos (bífidos y lactobacilos) que normalmente se adquieren de manera natural en el parto natural o gracias a la leche materna.

La manía que tienen los bebés y niños pequeños de llevarse cualquier cosa que pillen a la boca es una estrategia de reconocimiento del terreno y de ir dando pequeñas muestras al sistema inmune de aquello que nos rodea de manera natural. Es como la instrucción y entrenamiento que realizan los soldados en el ejercito.

Así pues, podemos entender que las bacterias son muy importantes en nuestra salud, no todas son malas… de hecho tener una amplia variedad de poblaciones bacterianas en el intestino es un seguro de salud a nivel inmune.

Desde tiempos muy remotos, el ser humano ha añadido de manera muy extendida alimentos fermentados, ricos en bacterias positivas para nuestro intestino: quesos, yogur, chucrut, tofu, encurtidos … y un largo etcétera son parte de la dieta humana hace milenios… en zonas geográfica y culturalmente muy distintas...

En esta línea, también hemos introducido mas recientemente los antibióticos… un gran descubrimiento a nivel médico, porque nos ha permitido salvar la vida a millones de personas.

Pero también tienen un lado oscuro, y es que el abuso o mal uso de antibióticos genera pérdida de diversidad bacteriana, porque no solo matan bacterias malas, también acaban con aquellas que nos benefician de manera importante. Además, se han generado amplias resistencias a los antibióticos, teniendo que aumentar las dosis o buscar aquellos fármacos que son todavía mas mortíferos. Hay niños que a la edad de 12-15 años ya han tenido que tomar antibiótico unas 20 veces… esto no va bien para la flora intestinal, acaba con las bacterias buenas y con una de nuestras primeras defensas.

Pero no todo van a ser mensajes negativos, en el caso de que haya habido factores (tipo de parto, lactancia, antibióticos…) que no hayan generado una buena programación inmune, esto no es para siempre, hoy en día ya hay muchas estrategias clínicas para identificar que aspectos podemos mejorar para que el sistema inmunitario responda de manera eficiente ante los diferentes estímulos.

El estudio de la interacción entre las bacterias y nuestro sistema inmunitario ha sufrido un incremento brutal en los últimos años, en parte gracias al avance de medios tecnológicos y a la aplicación de programas informáticos especiales, pero también porque los especialistas en inmunología se han dado cuenta de cómo afecta (positiva o negativamente) nuestro entorno al desarrollo normal del sistema inmune.■

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