José Miguel Celma
Concejal Torrecilla de Alcañiz. Portavoz PP Comarca del Bajo Aragón
El sabio refranero popular es una fuente inagotable de sabiduría y conocimientos. Rara es la circunstancia en la que no puedes abrazarte a él para encontrar una afirmación perfectamente aplicable a la realidad presente, como es el caso actual. Haciendo uso de él podemos asegurar que “a grandes males, grandes remedios”. Ahora trataré de explicarme.
No es sorprendente afirmar que estamos inmersos en una situación realmente compleja, con una inflación en niveles no conocidos en décadas, una guerra con notables efectos y generadora de una gran incertidumbre futura, una crisis energética que pone en solfa la estructura actual en esta materia en la inmensa mayoría de países del mundo o una pandemia que todavía está dando coletazos de cierta importancia. Y, ante eso, el Gobierno de España ha hecho más bien poco.
Su principal interés, a los hechos nos podemos remitir, consiste en asegurar la supervivencia política del presidente del Gobierno y de la formación que lo sustenta. Prácticamente todas las decisiones que está adoptando están centradas en ese hecho o suponen meros actos de maquillaje y propaganda para evitar hablar de lo realmente importante: los problemas que poseen todos los españoles y que les están complicando su día a día.
Ejemplos de esta situación tenemos a montones, muy a nuestro pesar. Mientras Pedro Sánchez sigue apoyándose en aquellas formaciones que perpetraron un golpe a nuestra democracia o que apoyan el terrorismo protagonizado por ETA, su medida estrella ha sido quitarse la corbata, y no precisamente para trabajar. De esta manera dejamos de hablar de que tenemos la inflación más alta de la eurozona y que la pérdida de poder adquisitivo de las clases bajas y medias es notable.
El problema, si no lo está ya muy presente, vendrá cuando los combustibles necesarios para encender la calefacción nos acechen con su pago inmediato para el llenado del depósito, cuando la crisis que se avecina muestre su cara en su máximo esplendor y siga perjudicando a miles de españoles que ya están pasando por momentos de dificultad.
En ese momento y también en los que ya hemos vivido, seguiremos echando en falta medidas de contención. Actuaciones ejemplarizantes que evidencien que el gobierno social-comunista es plenamente consciente de que se avecinan curvas y que hay que predicar con el ejemplo. Es decir, demostrar con hechos que también están dispuestos a asumir actuaciones que las familias llevamos mucho tiempo poniendo en práctica. Vamos, apretarse el cinturón.■
Su principal interés, a los hechos nos podemos remitir, consiste en asegurar la supervivencia política del presidente del Gobierno y de la formación que lo sustenta. Prácticamente todas las decisiones que está adoptando están centradas en ese hecho o suponen meros actos de maquillaje y propaganda para evitar hablar de lo realmente importante: los problemas que poseen todos los españoles y que les están complicando su día a día.
Ejemplos de esta situación tenemos a montones, muy a nuestro pesar. Mientras Pedro Sánchez sigue apoyándose en aquellas formaciones que perpetraron un golpe a nuestra democracia o que apoyan el terrorismo protagonizado por ETA, su medida estrella ha sido quitarse la corbata, y no precisamente para trabajar. De esta manera dejamos de hablar de que tenemos la inflación más alta de la eurozona y que la pérdida de poder adquisitivo de las clases bajas y medias es notable.
El problema, si no lo está ya muy presente, vendrá cuando los combustibles necesarios para encender la calefacción nos acechen con su pago inmediato para el llenado del depósito, cuando la crisis que se avecina muestre su cara en su máximo esplendor y siga perjudicando a miles de españoles que ya están pasando por momentos de dificultad.
En ese momento y también en los que ya hemos vivido, seguiremos echando en falta medidas de contención. Actuaciones ejemplarizantes que evidencien que el gobierno social-comunista es plenamente consciente de que se avecinan curvas y que hay que predicar con el ejemplo. Es decir, demostrar con hechos que también están dispuestos a asumir actuaciones que las familias llevamos mucho tiempo poniendo en práctica. Vamos, apretarse el cinturón.■
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