09 junio 2022

#InésRamón - Contra el tiempo

                                                    Portada de Contra el tiempo de Graciela Giráldez













Graciela Giráldez estaba estudiando un módulo de FP en el IES Bajo Aragón cuando le detectaron cáncer de mama. Una mujer adulta, madre de hijos adultos, buscando el mejoramiento en el área laboral. 

Llevaba unos cuantos años afrontando la adversidad, (como muchos inmigrantes que deben comenzar una nueva vida en la aridez generosa de esta tierra aragonesa) con un espíritu resuelto y frágil a la vez. La literatura fue el vehículo que ella había escogido para crecer, para proyectarse, para leer el mundo a su alrededor. Había escrito y publicado cuatro poemarios y una novela.  Yo no sé qué habrá sentido ante esta noticia, cuáles fueron sus miedos, cuáles las encrucijadas que, de pronto, debía afrontar, o cuál la íntima resolución para desafiar al tiempo, que podía acortarse inesperadamente para ella. Sólo sé que, en medio de todo este proceso, que incluyeron cuatro cirugías, acabó el módulo de Auxiliar de enfermería y escribió un libro.  Un libro de poemas que, lejos de todo dramatismo, le planta cara a la vida, un libro donde el amor se atrinchera para vencer todas y cada una de las batallas sobrevenidas.   

 

Lento moría, lo sabía. /Y, aun así, no dejaba de insinuarse al horizonte con movimientos cíclicos. El tiempo la acosaba. La eternidad no era bien vista en el mundo y se sentía frágil, como las alas de un águila en pleno vuelo. /Menguaba, entre las ruinas de un campanario que yacía en un plano que no llegaba a ser pasado. Y en ese espacio ofrecía resistencia al tiempo.

 

La eternidad, de pronto, se le revela en la vida de sus seres queridos y es suficiente ese afecto para luchar. Sus hijos amurallan sus emociones y permiten, a su vez, que sus poemas vuelen, trasciendan lo personal y se erijan en un emocionado canto a la vida. Su hija está presente en varios poemas:

 

Una carta que nadie responde, / una ausencia que vaga en el tiempo. /El mismo que me sigue y acosa. /Mientras mis ruegos/en forma de labios/ vuelven por las huellas/que dibujaron tus dedos en mi ventana.

 

Creo, personalmente, que hay que tener mucho valor para afrontar el acto creativo en un momento vital tan incierto, tan amargo. La poesía nos salva, habíamos leído alguna vez, la poesía nos permite transitar otros caminos y proponerle a la vida destinos diferentes. La poesía nos abre puertas y nos conecta con quien somos y no lo sabíamos. Nos permite descubrir, dice Graciela:

 

Descubrir el enjambre de la tarde/ cuando caen copos de nieve/ cobijando la cadera de la montaña /en la que tú te pierdes. / Es como descubrir al mundo /en ese círculo desnudo/ que a veces sepulta mi aliento.

 

Por eso hay un anhelo manifiesto de ser poeta por parte de la autora. La poeta expresa esa aspiración con la avidez de quien sabe que hay un nivel de realidad trascendente, primordial, en el acto de la escritura. Imagino a Graciela escribiendo sus poemas en los días interminables de Hospital, o frente al espejo, descubriendo el paisaje extranjero de su cuerpo, y la imagino como una mujer poderosa, empuñando la palabra con actitud indomable, transformando el dolor en belleza, la alquimia eficaz de la verdadera poesía y presentándola con audacia ante la mirada del hijo:

 

El tiempo que hoy me apresa /revela en cada palabra su forma, /apartándome de la sorpresa /de no tener miedo, / de no venirme abajo/ y de encontrar en tus ojos, hijo mío/ la exquisita representación /de la última tarde.

 

En este libro lleno de hallazgos, de emoción y pensamiento puestos al servicio del poema, Graciela nos revela, desde la óptica inequívoca de quien ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre la muerte, aquello que es esencial para el ser humano: el amor. Al esposo, le dice:

 

                La noche libera el alma, / el cuerpo, / la esencia/ de lo eterno.

                Hombre del tiempo, / de mi tiempo, / de la lluvia, /de mi sombra.

               Que diferente es el cielo, /cuando lo miras conmigo.

               Nada es derrota/ cuando el único triunfo/ es quererte.

 

“Contra el tiempo” es un libro bello, valiente, es una melodía donde la disonancia, lo asimétrico, lo quebrado o herido del ritmo interior deviene en una armoniosa disposición del ánimo para “descubrir el enjambre de la vida.”

(Este e-book. se puede adquirir en Amazon. Más información, en el blog de la autora: https://graciela69.blogspot.com/)■



Inés Ramón                
Poeta
vikdieciocho@gmail.com

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