La pandemia y la guerra en Ucrania están viniendo muy bien para justificar y argumentar todas las dificultades y penurias económicas que nos están imponiendo. Sin embargo las causas son otras pero éstas son mucho más incómodas de explicar para el establishment y la actual clase dominante.
Según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en el mundo había 1,65 billones de barriles en 2014; si la producción de 83 millones de barriles al día se mantuviera constante, significaría que actualmente existiría petróleo para unos 45 años. A esto habría que añadir que China e India tienen 1.400 millones de personas respectivamente, en total casi 3 mil millones de consumidores que si se incorporan paulatinamente al uso de bienes de consumo que tensionen aún más el gasto de estas energías fósiles, posiblemente los 45 años anteriormente pronosticados sea una cifra muy optimista para las reservas de crudo. Como es lógico el mercado empieza a notar por un lado el agotamiento de las reservas y por otro la presión en la demanda mundial con los dos actores antes comentados incorporándose al festín energético. Consecuencia: alza de precios por el pánico ante un futuro incierto sin la principal fuente de energía que ha sustentado el desarrollo económico mundial durante el siglo XX y lo que llevamos del XXI.
En España la generación eléctrica se realiza con energía solar, eólica, hidráulica, nuclear y termoeléctrica a través de las centrales de ciclo combinado que utilizan el gas natural como fuente energética. El sistema nacional de energía valora la necesidades aproximadas que va a requerir el país durante el día y en base a eso produce la electricidad que en primera instancia se genera con las energías renovables y la nuclear, y sólo si no se llega al cupo entran en funcionamiento las centrales de ciclo combinado. Imagínense que la producción de cada megavatio por las renovables ha sido de 50 euros, y que se han necesitado al final para completar el cupo un 5% de megavatios generados con ciclo combinado a un precio de 250 euros. El precio al final de toda la producción por megavatio serán 250 euros. ¿Ustedes lo entienden? Seguramente no, pero algunos se benefician y otros los permiten.
Como ven no todo se debe a la guerra de Ucrania, y no nos podemos hacer trampas al solitario para no ver la realidad que nos rodea.■
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