Daniel Palomo. Concejal IU-Ganar Alcorisa. Coordinador IU-Teruel |
Rotura del diálogo social
Muchas opiniones se vierten y se han vertido en contra de la subida del salario mínimo interprofesional, mayoritariamente provenientes de la CEOE y de la derecha política. También tuvieron su respaldo de la mano de la Vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño. En las últimas semanas a la Vicepresidenta no le ha quedado más remedio que asumir el hecho de que no hay razones económicas que justifiquen la negativa a una subida del SMI en 2021.
Hay que recordar que la subida acordada entre el Gobierno y los sindicatos va a ser de 15 euros al mes. Podemos entrar en el debate de si es una cifra adecuada o si se queda corta. Bajo mi punto de vista debería ser más ambiciosa, alcanzando los 1000 euros, como pedían las centrales sindicales. Subir el 1,6% del SMI hace que todavía las trabajadoras que menos cobran sigan perdiendo poder adquisitivo, debido al momento de inflación en el que está la economía.
Lo más destacable de este asunto es la rotura del diálogo social. En este caso es algo muy positivo, puesto que para la patronal nunca va a ser "el mejor momento" para avalar un incremento salarial, sobre todo si tenemos en cuenta que para un sector del empresariado español ha basado históricamente su estrategia competitiva en mantener a los trabajadores en una situación laboral precaria y con una política de sueldos bajos. Y este acuerdo va en la dirección contraria, proteger a las trabajadoras que más lo necesitan, las que no están amparadas por el paraguas de la negociación colectiva.
Durante este periodo de crisis sanitaria y económica, las empresas han recibido un buen número de ayudas por parte de distintas administraciones. Con la llegada de los fondos europeos muchas empresas recibirán importantes cantidades de capital para inversiones en nuevos proyectos, infraestructuras e investigación. Toda esa ayuda y financiación pública tiene que revertir en la ciudadanía.
El incremento de los salarios, al igual que el mantenimiento de unos servicios públicos de calidad, es fundamental para que la clase trabajadora mantenga unos mínimos de calidad de vida y frene el aumento de la desigualdad y la acumulación de riqueza en un muy pequeño porcentaje de la población del país, que continua incrementándose. Proceso que se ha visto agudizando en tiempos de pandemia.
Los próximos pasos para los siguientes años deben ser los de seguir la senda marcada por los sindicatos, que en 2023 situaría al SMI en el nivel del 60% del salario medio.■
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