Cuando se lucha contra la despoblación de “boquilla”
La lucha contra la despoblación está entre las consignas políticas de la mayoría de los partidos políticos. La irrupción de Teruel Existe, con su diputado a nivel nacional, ha producido que los grandes partidos se posicionen e intenten achicar esta pérdida de votos en la España rural.
A priori podríamos valorar como positiva esta preocupación generalizada por el tema de la despoblación. Sin embargo, y aun con algunos matices, podemos observar que en el fondo todo sigue igual porque la solución no sólo está en el reparto de la riqueza (que también) sino en la generación de la misma. El verdadero problema es la estructura del sistema económico que sigue tendiendo a la concentración del capital en polos de desarrollo, siendo incapaz de repartir esa riqueza de manera territorialmente democrática.
La finalización de la generación eléctrica a través combustibles fósiles, abrió una ventana de oportunidad para acabar con el monopolio de las grandes compañías eléctricas, dado que las producción con energías renovables puede realizarse a una escala mucho más asequible. Sólo una gran empresa puede construir una central térmica o nuclear, sin embargo una cooperativa o incluso un autónomo podría generar energía a través de placas solares o con la fuerza del viento a través de unidades de producción eléctrica que pudieran no sólo dar energía al mundo rural sino también abastecer a las grandes ciudades.
El impulso político de democratizar la generación eléctrica con pequeños productores sí que sería una lucha real contra la despoblación, permitiendo que la creación de la riqueza se quedara en el mundo rural y que no sucediera como hasta ahora en donde nuestro territorio sigue siendo explotado otra vez por grandes empresas, que crean macroparques eólicos o fotovoltaicos trasladando las plusvalías de esta actividad a las oligarquías económicas y empresariales de siempre.
Si la despoblación se toma en serio, aquí tenemos un pilar fundamental para luchar contra ella. No sólo necesitamos (servicios públicos) médicos y maestros en los pueblos (que por supuesto que sí), también necesitamos actividad económica para que la gente se quede a vivir aquí. Un 1,8% del PIB español sale de la generación eléctrica. Muchos políticos luchan contra la despoblación sólo de boquilla, si quieren luchar de verdad hagan que la riqueza que se produce en nuestro territorio se quede aquí.■
A priori podríamos valorar como positiva esta preocupación generalizada por el tema de la despoblación. Sin embargo, y aun con algunos matices, podemos observar que en el fondo todo sigue igual porque la solución no sólo está en el reparto de la riqueza (que también) sino en la generación de la misma. El verdadero problema es la estructura del sistema económico que sigue tendiendo a la concentración del capital en polos de desarrollo, siendo incapaz de repartir esa riqueza de manera territorialmente democrática.
La finalización de la generación eléctrica a través combustibles fósiles, abrió una ventana de oportunidad para acabar con el monopolio de las grandes compañías eléctricas, dado que las producción con energías renovables puede realizarse a una escala mucho más asequible. Sólo una gran empresa puede construir una central térmica o nuclear, sin embargo una cooperativa o incluso un autónomo podría generar energía a través de placas solares o con la fuerza del viento a través de unidades de producción eléctrica que pudieran no sólo dar energía al mundo rural sino también abastecer a las grandes ciudades.
El impulso político de democratizar la generación eléctrica con pequeños productores sí que sería una lucha real contra la despoblación, permitiendo que la creación de la riqueza se quedara en el mundo rural y que no sucediera como hasta ahora en donde nuestro territorio sigue siendo explotado otra vez por grandes empresas, que crean macroparques eólicos o fotovoltaicos trasladando las plusvalías de esta actividad a las oligarquías económicas y empresariales de siempre.
Si la despoblación se toma en serio, aquí tenemos un pilar fundamental para luchar contra ella. No sólo necesitamos (servicios públicos) médicos y maestros en los pueblos (que por supuesto que sí), también necesitamos actividad económica para que la gente se quede a vivir aquí. Un 1,8% del PIB español sale de la generación eléctrica. Muchos políticos luchan contra la despoblación sólo de boquilla, si quieren luchar de verdad hagan que la riqueza que se produce en nuestro territorio se quede aquí.■
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