Aitor Clemente. Alcalde de Aguaviva |
Un momento clave
Sin embargo, eso se ha tenido que compaginar con no dejar de lado el resto de cuestiones que afectan a nuestro día a día, dado que se deben seguir prestando todos los servicios a la ciudadanía, además de continuar con el desarrollo de proyectos que nos procuren un futuro lo más próspero posible.
En el ámbito de los residuos esta coyuntura ha coincidido con que estamos atravesando un momento clave, ya que las administraciones públicas están obligadas a tomar decisiones y poner en marcha medidas de forma urgente para poder cumplir con las obligaciones legales ya vigentes y con las que se prevé que disponga la nueva Ley de Residuos que probablemente se apruebe a lo largo del presente ejercicio. Entre otras cuestiones, esta normativa incorporará un nuevo impuesto que penalizará sustancialmente las toneladas de residuos que acaben en vertedero sin ningún tratamiento previo y, por tanto, incentivará las buenas prácticas en la materia.
Asimismo, antes de finalizar este año en las localidades de más de 5000 habitantes, y hasta 2023 en el resto de municipios, deberá haberse iniciado la recogida separada de la fracción orgánica, un aspecto que ahora mismo apenas se está cumpliendo en una pequeña parte del territorio aragonés. Y, además, tenemos que triplicar la tasa de reciclaje actual para alcanzar los objetivos marcados por la UE para el año 2020, los cuales a su vez se van a ir incrementando paulatinamente.
Pero también es un momento clave por la oportunidad que van a suponer los ya manidos fondos europeos para el cumplimiento de todos los aspectos anteriormente descritos. En muy pocas ocasiones una obligación legal va acompañada de una posibilidad de financiación, y esta va a ser una de ellas. Por eso, es necesario trazar propuestas adaptadas a la singularidad de cada lugar, sostenibles económicamente, que nos permitan alcanzar los fines establecidos y que nos ayuden a caminar hacia una economía circular que contribuya a mitigar las afecciones del cambio climático que ya estamos sufriendo.■
En el ámbito de los residuos esta coyuntura ha coincidido con que estamos atravesando un momento clave, ya que las administraciones públicas están obligadas a tomar decisiones y poner en marcha medidas de forma urgente para poder cumplir con las obligaciones legales ya vigentes y con las que se prevé que disponga la nueva Ley de Residuos que probablemente se apruebe a lo largo del presente ejercicio. Entre otras cuestiones, esta normativa incorporará un nuevo impuesto que penalizará sustancialmente las toneladas de residuos que acaben en vertedero sin ningún tratamiento previo y, por tanto, incentivará las buenas prácticas en la materia.
Asimismo, antes de finalizar este año en las localidades de más de 5000 habitantes, y hasta 2023 en el resto de municipios, deberá haberse iniciado la recogida separada de la fracción orgánica, un aspecto que ahora mismo apenas se está cumpliendo en una pequeña parte del territorio aragonés. Y, además, tenemos que triplicar la tasa de reciclaje actual para alcanzar los objetivos marcados por la UE para el año 2020, los cuales a su vez se van a ir incrementando paulatinamente.
Pero también es un momento clave por la oportunidad que van a suponer los ya manidos fondos europeos para el cumplimiento de todos los aspectos anteriormente descritos. En muy pocas ocasiones una obligación legal va acompañada de una posibilidad de financiación, y esta va a ser una de ellas. Por eso, es necesario trazar propuestas adaptadas a la singularidad de cada lugar, sostenibles económicamente, que nos permitan alcanzar los fines establecidos y que nos ayuden a caminar hacia una economía circular que contribuya a mitigar las afecciones del cambio climático que ya estamos sufriendo.■
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