02 marzo 2021

#Accattone - La gran seducción





La gran seducción Jean-François Pouliot (2003) – Canadá

En estos tiempos de oscuridad, tristeza y aislamiento en los que no vemos todavía la luz al final del túnel, películas como la que os presento este mes se disfrutan más si cabe todavía. Y es que La gran seducción es una película amable y entrañable, como los habitantes de ese pintoresco pueblo pesquero llamado Sainte-Marie-La-Mauderne.
Un pueblo que se encuentra en una tremenda encrucijada ya que la mayoría de sus habitantes viven del subsidio por desempleo que cada mes hacen cola para recoger con la cabeza gacha y un profundo sentimiento de vergüenza. El pueblo se está quedando deshabitado, los vecinos se marchan a la ciudad en busca de un futuro mejor, pero todavía queda una posibilidad de supervivencia: hay una fábrica que parece estar interesada en instalarse en Sainte-Marie-La-Mauderne. El problema es que para ello es obligatorio que en el pueblo haya un médico contratado, y parece imposible que ningún galeno quiera ir a trabajar a tan remoto lugar. La situación se complica aún más cuando el alcalde del pueblo emigra a la ciudad, y es en ese momento cuando su convecino y amigo Germain, el protagonista de la historia, toma el mando e intenta salvar la situación a la desesperada.

Además de ir conociendo a los peculiares habitantes de este pequeño pueblo pesquero, disfrutaremos de unos bonitos paisajes que en realidad están localizados en el pequeño pueblo de Harrington Harbour, Canadá; un lugar, por cierto, que te recordará a otra película que recomendamos en esta sección en su día, Maudie, el color de la vida, cuyos paisajes se encuentran unos pocos cientos de kilómetros más al sur. La gran seducción tiene también puntos en común con otras películas que han tratado el mundo rural, como por ejemplo Despertando a Ned, El inglés que subió una colina y bajó una montaña, Bienvenido, Mr. Marshall o la mítica y entrañable serie Doctor en Alaska.

La película se llevó el premio del público al mejor film internacional en el Festival de Sundance el año 2004, y está escrita por el cómico canadiense Ken Scott, que actúa también en la película (atentos a Richard, el informático). También es de destacar la fotografía, que te hace percibir la tranquilidad del lugar y casi sentir el aire puro del mar acariciando tu cara. Debido a su éxito esta película tuvo un remake 10 años más tarde, con el mismo título y la misma nacionalidad, así que no os equivoquéis si vais a verla.

Nos adentraremos en la historia de Sainte-Marie-La-Mauderne, un pueblo en declive abocado a la desaparición. Podría parecer un cuento triste, pero sus habitantes se encargarán en convertirlo en una comedia llena de vida, humanidad y ternura donde la dignidad humana prevalece por encima de todas las cosas. Viviremos una serie de situaciones tan desternillantes como absurdas -incluso alguna demasiado fuera de lugar y hoy considerada delito-. Pero, en fin, todo sea por la supervivencia del pueblo.

Así que os aconsejo que veáis La gran seducción, una película que os mantendrá con una sonrisa casi permanente durante todo su metraje, ideal para ver en familia y que gustará a todos. Bueno, quizás a los amantes del Jazz-fusión no tanto.■

 


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