Francisco Javier Baigorri Navarro. Teniente Alcalde Alcañiz. PSOE. |
He decidido empezar el artículo referente a la tormenta Filomena con un pequeño homenaje a D. Gonzalo Torrente Ballester.
La tormenta Filomena ha sido la mayor nevada en muchos años, y ha puesto en tensión la capacidad de la sociedad española para afrontar la misma, para evaluar el estado de nuestros servicios públicos y el grado de cohesión de nuestra sociedad. Basta con repasar imágenes de Centro Europa o de Estados Unidos, países donde las nevadas son habituales y donde se ve que es la colaboración entre servicios públicos y la sociedad civil la que lleva a cabo la labor para paliar los efectos de dichas nevadas.Ese ha sido el caso de Alcañiz donde, a pesar de producirse una nevada muy superior a la de Gloria hace un año, los daños no han sido relevantes y, dadas las circunstancias, la movilidad de los ciudadanos no se ha visto afectada del modo que se podía temer o que se ha visto en otras localidades.
La brigada municipal ha trabajado bien, y desde otros servicios se ha adquirido sal para paliar en la medida de lo posible los efectos de las heladas. Se han recibido tres camiones con 24 toneladas de sal cada uno para paliar dichos efectos, lo cual es mucho más que con Gloria.
Pero no han sido sólo los servicios públicos. La sociedad alcañizana ha estado a la altura, y quiero aprovechar para agradecer la colaboración de los agricultores, que han utilizado sus tractores y abonadoras, pero también las empresas alcañizanas que han colaborado con personal y maquinaria desde el primer momento, cuando la nieve aún caía y no había heladas, de modo que gracias a todos se pudo abrir las calles y aceras y hacerlas operativas. Ya el jueves-viernes se estaba trabajando para hacer la ciudad transitable, para que no hubiera atascos en los polígonos y se pudiera funcionar. La imagen de Alcañiz no ha sido la de otras ciudades, y de ese éxito somos participes todos.
Quiero agradecer a toda la ciudadanía su paciencia y su colaboración, porque gracias a todos, Filomena, a su pesar, ha sido una tormenta y no un desastre.■
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