José Antonio Sola. Economista. |
Desde hace tiempo en los estudios empresariales se analizan los factores del título. Se espera que los alumnos, futuros dirigentes empresariales analicen por separado las fortalezas, tengan en cuenta las debilidades y, claro está, identifiquen oportunidades coyunturales sin perder de vista las amenazas.
Pero las cosas no son tan claras. ¿Puede ser una oportunidad para unos una amenaza para otros? ¿Puede una fortaleza, calificada así por algunos, llevar a la ruina?
Eólico y fotovoltaico comparten apellido, son de la familia renovable.
Hoy por hoy si se menciona esa familia en ciertos ambientes todo son felicitaciones.
En otros no, es una familia amenazante.
Teruel, es visto por los miembros de esa familia como una oportunidad, poca gente, muchos de edad avanzada, poco dados a protestar de verdad.
Esa oportunidad de otros es la debilidad de Teruel.
Eso y algo de viento y sol, hacen una combinación favorable. Eso y los allegados de las renovables, hay unos cuantos que predican las bondades, propietarios de pinares altos, políticos con sueños de IAE, y algún “influencer” local.
Para otros por el contrario Teruel es una oportunidad derivada de la búsqueda de paisajes puros que devuelven la dimensión humana a quien los visita. Oportunidad que nace de la clara fortaleza de lo excepcional en un mundo estresado, es un lugar de escapada, de aventura en la naturaleza. Un mundo antiguo. Y han hecho de esto eje de su vida, sus inversiones y su actividad se han orientado a esa ventaja.
Como buenos estrategas del marketing la familia renovable bombardea con sus noticias positivas de un futuro energético y limpio. Noticias inducidas, banners, entrevistas “casuales”, reuniones con la clientela. Las cifras marean, IAE, IBI, ICIO, salarios, alquileres… Parece un nuevo “El Dorado”.
Noticias no tan positivas hablan de especulación, de fondos de inversión que esperan su ganancia patrimonial o su dividendo sentados en su sofá urbano sin pisar Teruel.
Otras noticias negativas advierten del oligopolio, de la pérdida de control público en la energía. De la falta de transparencia, de la prisa…
Los reguladores públicos preparan el estadio, si ponen vallas altas los pequeños no las saltarán, si las ponen pequeñas se colaran insolventes, si elevan los avales algunos no accederán, si no los devuelven completos asustarán a los descapitalizados. ¿Y los afectados? ¿Se está preguntando honestamente con transparencia de las consecuencias a los afectados del territorio?
El mismo hecho reúne las cuatro calificaciones, se califica como fortaleza, debilidad, oportunidad y amenaza.
En estos casos, para el que quiera entenderlo, la primera acción a realizar es eliminar las debilidades. Más aun, convertirlas en fortalezas.
La debilidad constatable, demostrada, de Teruel es su falta de capacidad de influencia.
Dígaselo repetidamente: Queremos que se den las condiciones para que sus propios medios y su propio esfuerzo los turolenses puedan llevar a cabo en su tierra actividades económicas viables, con retorno positivo de la inversión, constantes y duraderas en el tiempo manteniendo las oportunidades propias del territorio basadas en la herencia recibida. Somos capaces por nosotros mismos de crear nuestras propias oportunidades si contamos con el reequilibrio territorial.
De la firme creencia en lo anterior surgirá la fortaleza necesaria para hacer saber a todos los actores del proceso que este no es un sitio fácil gobernado por la desidia, que este es un terreno serio con su propio futuro basado en la voluntad de sus habitantes.
Se define la economía como “la ciencia para la administración de los recursos escasos”. Habrá que preguntarse para que se reparten esos recursos, cual es la finalidad.
Deberemos concluir que, al final habrá una suerte de equidad, de consenso, de equilibrio. Se reparten, claro está, para facilitar la vida. De todos…
La vida. Piénselo.■
Pero las cosas no son tan claras. ¿Puede ser una oportunidad para unos una amenaza para otros? ¿Puede una fortaleza, calificada así por algunos, llevar a la ruina?
Eólico y fotovoltaico comparten apellido, son de la familia renovable.
Hoy por hoy si se menciona esa familia en ciertos ambientes todo son felicitaciones.
En otros no, es una familia amenazante.
Teruel, es visto por los miembros de esa familia como una oportunidad, poca gente, muchos de edad avanzada, poco dados a protestar de verdad.
Esa oportunidad de otros es la debilidad de Teruel.
Eso y algo de viento y sol, hacen una combinación favorable. Eso y los allegados de las renovables, hay unos cuantos que predican las bondades, propietarios de pinares altos, políticos con sueños de IAE, y algún “influencer” local.
Para otros por el contrario Teruel es una oportunidad derivada de la búsqueda de paisajes puros que devuelven la dimensión humana a quien los visita. Oportunidad que nace de la clara fortaleza de lo excepcional en un mundo estresado, es un lugar de escapada, de aventura en la naturaleza. Un mundo antiguo. Y han hecho de esto eje de su vida, sus inversiones y su actividad se han orientado a esa ventaja.
Como buenos estrategas del marketing la familia renovable bombardea con sus noticias positivas de un futuro energético y limpio. Noticias inducidas, banners, entrevistas “casuales”, reuniones con la clientela. Las cifras marean, IAE, IBI, ICIO, salarios, alquileres… Parece un nuevo “El Dorado”.
Noticias no tan positivas hablan de especulación, de fondos de inversión que esperan su ganancia patrimonial o su dividendo sentados en su sofá urbano sin pisar Teruel.
Otras noticias negativas advierten del oligopolio, de la pérdida de control público en la energía. De la falta de transparencia, de la prisa…
Los reguladores públicos preparan el estadio, si ponen vallas altas los pequeños no las saltarán, si las ponen pequeñas se colaran insolventes, si elevan los avales algunos no accederán, si no los devuelven completos asustarán a los descapitalizados. ¿Y los afectados? ¿Se está preguntando honestamente con transparencia de las consecuencias a los afectados del territorio?
El mismo hecho reúne las cuatro calificaciones, se califica como fortaleza, debilidad, oportunidad y amenaza.
En estos casos, para el que quiera entenderlo, la primera acción a realizar es eliminar las debilidades. Más aun, convertirlas en fortalezas.
La debilidad constatable, demostrada, de Teruel es su falta de capacidad de influencia.
Dígaselo repetidamente: Queremos que se den las condiciones para que sus propios medios y su propio esfuerzo los turolenses puedan llevar a cabo en su tierra actividades económicas viables, con retorno positivo de la inversión, constantes y duraderas en el tiempo manteniendo las oportunidades propias del territorio basadas en la herencia recibida. Somos capaces por nosotros mismos de crear nuestras propias oportunidades si contamos con el reequilibrio territorial.
De la firme creencia en lo anterior surgirá la fortaleza necesaria para hacer saber a todos los actores del proceso que este no es un sitio fácil gobernado por la desidia, que este es un terreno serio con su propio futuro basado en la voluntad de sus habitantes.
Se define la economía como “la ciencia para la administración de los recursos escasos”. Habrá que preguntarse para que se reparten esos recursos, cual es la finalidad.
Deberemos concluir que, al final habrá una suerte de equidad, de consenso, de equilibrio. Se reparten, claro está, para facilitar la vida. De todos…
La vida. Piénselo.■
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