José Miguel Celma. Portavoz PP Comarca Bajo Aragón. |
La lectura de diferentes medios de comunicación, unida a la escucha de la radio y el visionado de la televisión, no para de dejarme muestras constantes de la dictadura social-podemita en la que nos encontramos. Están intentando implantar el modelo de sociedad que ellos desean, a costa de los derechos y de las opiniones de una buena parte de la sociedad, que no están de acuerdo.
Como muestra tenemos lo que está sucediendo con la libertad de expresión, que quieren laminar con ese ataque a las publicaciones que no comulgan con sus ideas, o lo que está ocurriendo con el sistema educativo. Una nueva normativa que ha sido elaborada sin escuchar a los miembros de la comunidad docente, que elimina el castellano como lengua vehicular y que pone serias trabas a la educación concertada y especial.Vivimos los momentos más surrealistas de los últimos 50 años. Somos un país en el que la lengua oficial del conjunto del estado no tiene el reconocimiento docente que debería, en el que la formación religiosa queda siempre relegada al ostracismo cuando gobierna la izquierda y en el que un derecho tan fundamental como la libertad de elección de centro educativo es atacada sistemáticamente por las formaciones que hoy ocupan responsabilidades de gobierno.
¿Qué sucederá con la educación concertada, que hasta ahora y durante décadas ha sido una posibilidad para las familias y ha permitido que el sistema educativo contara con las plazas que necesitaba para atender la demanda de la sociedad? ¿Qué ocurrirá con la educación especial, imprescindible para aquellos jóvenes que tienen dificultades? ¿Cuál es el futuro de un país que reniega de su lengua común, que hace feos a su bandera y cuyos miembros del gobierno menosprecian a las instituciones?
Hoy siento verdadera lástima por la juventud, que van a conocer una educación caracterizada por el abuso de poder de los gobernantes, por un ataque a las libertades básicas del individuo y por los intentos recurrentes por laminar la pluralidad que debe existir en toda sociedad. No tengamos miedo al fomento del espíritu crítico. Debemos poseerlo con aquellos que quieren evitar que las nuevas generaciones puedan hacer uso de él, mostrando sus discrepancias con los que mandan, sean del color político que sean.■
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