Marta Prades. Diputada Podemos Aragón |
Tras cuarenta y dos años de democracia en nuestro país, conceptos tan básicos como son los derechos y libertades que afectan a toda la ciudadanía deberían estar ya consolidados dentro del conocimiento colectivo, y lo que es más importante respetados y defendidos.
Ninguno de los derechos de los que hoy disfrutamos nos ha sido regalado. Los derechos y libertades que recoge el título I de la Constitución se consiguieron tras años de lucha, persecución, encarcelamientos y también con víctimas; los “padres” de la Constitución los recogieron y le dieron forma legal a un texto que nos ampara como ciudadanos españoles y como seres humanos.
Comprobamos desde hace un tiempo en nuestro país, y en el mundo, que quienes abrazan ideologías fascistas manosean la palabra “libertad” con el único objetivo de imponer su ideología. Pero duele, y preocupa, como algunas personas, organizaciones y partidos políticos que tuvieron una participación activa e importante en la construcción de esta etapa democrática blanquean el fascismo y se atreven a llamar escrache lo que es un acoso en toda regla.
Cientos de concentraciones y manifestaciones se realizaron cuando el gobierno del PP se dedicó a aplicar recortes en sanidad, educación, saquear la hucha de las pensiones, o imponernos la ley mordaza.
Y salimos a la calle, si, para gritar que los recortes en sanidad matan, defendiendo una educación pública, laica y de calidad, por unas pensiones dignas o el derecho a una vivienda. Derechos de todas y todos reconocidos en nuestra Constitución.
Y ahora pretenden meter en el mismo saco y blanquear a un grupo de fascistas que llevan acosando tres meses a una familia por el simple hecho de pensar distinto. Pues no, la democracia no es esto. Democracia es respetar los votos en las urnas y los legítimos pactos de gobierno.
El pluralismo político que recoge la Constitución, a algunos solo les vale cuando mandan los suyos.■
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