Aitor Clemente
Alcalde de Aguaviva
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Los entes locales fueron también grandes paganos de aquella crisis, ya que la aprobación de la conocida como “Ley Montoro” atacó gravemente la autonomía municipal, debilitando de gran manera la prestación de servicios que se efectúan desde la administración más cercana, los ayuntamientos. Aunque en un primer estadio la ley permitió sanear los desfases de algunas corporaciones durante los años de la burbuja inmobiliaria, las entidades locales han venido acumulando desde entonces miles de millones en sus cuentas bancarias, debido a la imposibilidad de disponer por completo de sus propios recursos.
Así pues, poder disponer de esas cuantías sería en este momento una inyección de fondos a coste cero para el Estado que permitiría comenzar a recuperar las economías locales, especialmente en algunos sectores, a través de la mejora de los servicios públicos o de la dotación de equipamientos.
Hasta este momento los ayuntamientos han jugado un papel relevante en esta crisis a través de acciones como la desinfección de vías públicas, la difusión de información a la ciudadanía, el suministro de material de autoprotección o el impulso de diferentes propuestas para ayudar a sobrellevar mejor el confinamiento, pero sin ningún margen de actuación para tomar decisiones.
Esperamos que a partir de ahora tanto en la gestión de esa fase de desescalada asimétrica, como en los planes de reconstrucción que se están comenzando a elaborar a nivel estatal y autonómico, se reserve a las administraciones más cercanas un rol protagonista acorde con la función básica que desempeñan.
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